Mi Bailarina
Puro y Temba
Las Cubanas que lindas Son
La Mentirosa
Taco Toco
Señorita Pajarita
No mereces la pena
Directamente al mambo
Baila Conmigo
Yo con mi Jolongo
Ave Maria, por Dios
El sabor cubano de este álbum está acompañado por numerosos e importantes invitados como Robertón (Los Van Van), José Gomez (voz de "Pupy y los que Son Son"), Tony Calá (NG La Banda) entre otros.
Timba, Son, Cha cha cha, Mambo componen este tercer disco de los Mamborama.
Yo pensé que lo había visto casi todo. Imagínate, pero qué te parece un grupo de timba de ¿¿¿WYOMING??? Bueno, casi!
Bill Wolfer es un pianista norteamericano que nació y se crió en Wyoming! El es la motivación detrás de MamboRama.
En realidad, este es el segundo álbum de MamboRama. Cuando el primero salió (Night of the Living Mambo), me gustó algo, pero no fue uno de esos que te agarra y te hace dejar de lado todo lo que estás haciendo para sentarte y escucharlo con atención. Éste álbum hizo exactamente eso y más! Aquí tienes a un "gringuito" que se va a Cuba, cotorrea con los artistas más capos de la Timba, como Giraldo Piloto (Klimax) y Manolito Simonet (Manolito y su Trabuco) y logra que ellos, entre otros, participen en su CD!
Bill Wolfer hasta cede su piano a César "Pupy" Pedroso como invitado especial en el álbum. En realidad, una lista de los músicos que participaron en este álbum parece algo del Marquis Quién es Quién entre los Músicos Cubanos alrededor del mundo!
Aún mejor, en vez de elegir cada músico de diferentes grupos, utilizó grupos enteros... gente que después de haber tocado juntos por mucho tiempo, están "sincronizados", algo que no pasa cuando uno utiliza músicos de sesión. El sonido que resulta es algo hipnotizante. Añade a eso otros elementos musicales con raíces en Rhythm & Blues y Jazz americano y tienes una combinación perfecta!
Me recuerda a los años universitarios cuando tomé una clase de teoría de música y la profesora estaba dictando una clase sobre los diferentes ritmos de tambor y como habían hecho estudios que demostraban que ciertos ritmos eran hipnóticos y podrían dejar a los bailadores en un trance. Se me ocurre que es posible que Bill Wolfer haya logrado incorporar ese efecto de trance en su música. Yo sé que si me pongo los audífonos y mis zapatos de baile, podría bailar ligerito hasta el otro lado del Estrecho de Florida hasta llegar a La Habana desde el Yuma.
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